Quistes renales

 

La presencia de quistes en el riñón es un hallazgo muy frecuente cuando se realiza una ecografía por cualquier motivo, sobre todo con la edad, ya que el riñón es una de las localizaciones más frecuentes de quistes en el organismo. Los quistes pueden distribuirse por todo el riñón o en un segmento, ser únicos o múltiples, en uno o en ambos riñones, y pueden ser espontáneos o formar parte de un trastorno hereditario. Los más habituales son los quistes simples que están presentes en un 50% de la población mayor de 50 años. Dentro de las patologías genéticas o hereditarias la más importante es la poliquistosis del adulto que es una causa frecuente de insuficiencia renal, presente en el 7-15% de los pacientes en hemodiálisis.

 

¿Cómo se diagnostican los quistes renales?

Habitualmente los quistes se diagnostican de manera incidental tras un estudio ecográfico o en menor medida por TAC o Resonancia. Si el quiste cumple unos criterios radiológicos de quiste simple benigno, lo más habitual, no precisa más estudios, pero si en la ecografía muestra por ejemplo calcificaciones, tabiques, irregularidades en la pared etc que pueden hacer sospechar la presencia de una lesión maligna debe realizarse un TAC con contraste.

 

¿Son todos los quistes benignos?

Aunque la mayoría de los quistes son simples o benignos no todos los quistes lo son. Según las características radiológicas existe una clasificación que utilizamos para diferenciar los quistes, evaluar y catalogar la probabilidad de malignidad de las lesiones quísticas renales, es la clasificación de Bosniak que establece 5 categorías, de menor a mayor probabilidad de malignidad. Los quistes III y IV, como el de las imágenes de la clasificación de Bosniak, tienen el riesgo de ser malignos y requieren tratamiento quirúrgico.

 

Prescisan tratamiento los quistes simples

En general los quistes suelen ser asintomáticos y no precisan tratamiento. Sólo aquellos que son grandes y sintomáticos porque generen dolor o complicaciones como la compresión de la vía urinaria pueden requerir tratamiento, bien mediante punción percutánea del mismo e inyección de sustancias esclerosantes para evitar que se reproduzca o bien mediante cirugía, generalmente por vía laparoscópica, para destechar el quiste. Un situación especial son los quistes complicados, los denominados quistes Bosniak III y IV que precisan de revisión quirúrgica y su exéresis mediante la resección del mismo si se puede mediante una cirugía de preservación o nefrectomía parcial o si no es factible mediante la resección completa del riñón o nefrectomía radical.

En general, la mayoría de los quistes son un hallazgo incidental o casual al realizar una exploración radiológica y suelen ser benignos y no precisar ningún tipo tratamiento. Algunos quistes pueden ser sospechosos de malignidad y requerir seguimiento o incluso tratamiento quirúrgico en función de las características radiológicas del mismo. Siga siempre las indicaciones y recomendaciones que su urólogo establezca.