Incurvación de pene, un problema habitual

Una de las consultas urológicas habituales, que puede afectar hasta un 20 % de los varones adultos, en general mayores de 50 años, es la incurvación de pene. Existen 2 tipos de incurvación, la congénita que es poco frecuente y que suele ser ventral (es decir, el pene mira hacia abajo, hacia las piernas) y la más habitual, que se conoce como Enfermedad de Peyronie y que a diferencia de la congénita la incurvación suele ser dorsal (el pene se incurva hacia arriba, hacia el abdomen).

 

¿Cuándo debo sospechar que tengo una incurvación de pene o Enfermedad de Peyronie?

El síntoma inicial es el dolor con la erección, que suele desaparecer con el tiempo y la aparición de un nódulo o placa en el pene que es la responsable del problema fundamental de estos pacientes, la incurvación de pene, que a diferencia de dolor se mantiene o estable o progresa con el tiempo, de ahí la importancia de una valoración y tratamiento precoz.

 

¿Como se origina la Enfermedad de Peyronie?

El origen más aceptado son microtraumatismos reiterados o traumatismos durante la actividad sexual que provocan la aparición de fibrosis en la túnica albugínea, la cubierta que rodea los cuerpos cavernosos o cuerpos eréctiles, y la formación de una placa que es la responsable de la incurvación al actuar como un tensor. De hecho, es frecuente que los pacientes con Enfermedad de Peyronie tengan también placas de fibrosis en la palma de la mano o Enfermedad de Dupuytren. Si la incurvación es importante, provoca una dificultad para mantener actividad sexual por imposibilidad de penetración, dolor o molestias tanto el paciente como su pareja e incluso disfunción eréctil o imposibilidad de conseguir y mantener la erección.

 

¿Como evoluciona la Enfermedad de Peyronie?

Suele cursar en dos fases. La primera es la fase inflamatoria o fase aguda, que se caracterizada por erecciones dolorosas y un nódulo o placa palpable en la túnica albugínea, que puede provocar o no el inicio de una curvatura del pene. La segunda es la fase fibrótica o crónica, con la formación y estabilización tanto de la placa fibrótica como la incurvación. Con el tiempo la incurvación puede progresar, mantenerse estable y en un porcentaje mínimo desaparecer. El dolor con la erección, como ya se ha comentado, suele desaparecer en la fase crónica en la mayoría de los pacientes.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico es clínico y se realiza en la consulta mediante una correcta evaluación de los síntomas y su duración, en especial el dolor con la erección, la incurvación y su severidad y si asocia o no disfunción eréctil, así como una adecuada exploración física.

Es importante y necesario conocer el grado de incurvación con el pene en erección. La forma más habitual de poder evaluar la incurvación y preservar la intimidad del paciente es solicitar que se realice autofotos del pene en erección con distintos ángulos, desde arriba, de frente y desde un lado, tal y como popularizó el Dr Kelâmy. En la actualidad es muy sencillo ya que todos los móviles disponen de cámaras, ya que antes sólo era posible utilizando una cámara Polaroid® que permite fotografías instantáneas sin necesidad de ser reveladas en un centro fotográfico. Los métodos radiológicos, como la ecografía, TAC y resonancia, no son necesarios ni recomendados, en general, para evaluar la placa de fibrosis.

 

 

¿Cómo se trata?

Inicialmente se suelen utilizar tratamientos conservadores o no quirúrgicos que incluyen entre otros, tratamientos clásicos como la Vitamina E, colchicina, tamoxifeno, potaba, etc ….. sin que exista una clara evidencia para su utilización. En la fase aguda, para reducir el dolor, están indicados los antiinflamatorios no esteroideos. También se utilizan inhibidores de la 5 Fosfodiesterasa como el Sildenafilo y Tadalafilo, que son fármacos que utilizamos para la tratar la disfunción eréctil que asocian muchos pacientes con enfermdad de Peyronie, pero se ha demostrado en algunos estudios que también pueden disminuir también la fibrosis y por tanto la incurvación.

Otra opción de tratamiento conservador es la inyección en la placa de distintos fármacos como el Verapamilo, un antagonista del calcio que se utiliza para tratar la hipertensión arterial, y más reciente y efectivo la inyección de Colagenasa (Xiapex©), una enzima de la bacteria Clostridium histolyticum, que es capaz de romper y remodelar la placa de fibrosis. Desgraciadamente, este tratamiento ya no está disponible en Europa al retirarlo la compañía que lo fabrica para distribuir toda su producción a Estados Unidos. Otros tratamientos que se han utilizado son las ondas de choque y los dispositivos de tracción y de vacío, aunque con una evidencia científica limitada.

Todos estos tratamientos, ya sean solos o en combinación puede mejorar sobre todo el dolor, pero en muchas ocasiones no producen cambios sobre la incurvación. Cuando eso ocurre y el paciente no puede mantener relaciones sexuales, la única alternativa es la cirugía, siempre que haya estabilidad de la enfermedad durante al menos 3-6 meses. El objetivo de la cirugía es corregir la incurvación y que el paciente pueda mantener relaciones sexuales satisfactorias.

Es fundamental que el paciente conozca los posibles riesgos de la cirugía, en especial el acortamiento del pene que puede provocar algunas de las técnicas quirúrgicas. La elección de uno de los 3 tipos de cirugía disponibles se basa en la evaluación de la longitud del pene, la gravedad de la curvatura y la presencia o no de disfunción eréctil que puede obligar incluso al implante de una prótesis de pene.

La incurvación de pene o Enfermedad de Peyronie es una patología muy frecuente que afecta las relaciones sexuales del paciente y su pareja, con las implicaciones que conlleva y el sufrimiento no sólo físico si no también psicológico que genera. Si la padece no dude en consultar y asesorarse por un experto porque tiene solución.